29/04/2008 - 17:00h

Sequía en España: cerremos el grifo de la discordia

[Un artículo de Lluís Torrent, ambientólogo y consultor en sostenibilidad y cambio climático, para Alternative Channel.]
 
Sequía.España es el cuarto país de la OCDE que más agua consume por habitante, aunque es también uno de los más secos. El nivel de los 1.200 embalses que se encuentran distribuidos a lo largo de su geografía se encuentra, a día de hoy, alrededor del 50%, un 14% inferior a la media de los últimos 9 años.
 
 
 
En 2007 el conjunto de las 11 cuencas españolas cerró con un diagnóstico "ligeramente seco", denominación que se mantiene hasta la fecha. En la actualidad, tres de estas cuencas tienen sus embalses a un nivel aproximado del 20%, es decir, su estado es crítico. Las precipitaciones regionales de la última semana han refrescado ligeramente la situación, aunque sólo harán posible alejar unos días más la entrada en fase de emergencia por la sequía, que se activará cuando el nivel los pantanos descienda la barrera del 20%. Si se traspasa este umbral se tendrán que emprender nuevas restricciones, añadidas a las que ya padecen los sectores agrícola, recreativo y municipal (fuentes, jardines, servicios de limpieza, etc). Ésta vez, los cortes de agua se producirán en los hogares.

Esta situación de crisis ha provocado la reacción por parte de algunos gobiernos regionales, cómo ha sido el gobierno de Catalunya. En contra de las promesas electorales que el tripartito catalán efectuó a finales del 2003, y con un partido verde al frente del Departamento de Medio Ambiente, el Gobierno va a invertir 180 millones de euros en las obras de un minitrasvase de agua de 60 km procedente del río Ebro hasta la ciudad de Barcelona. Esta medida ha generado una gran polémica en otras regiones del país, al recordar cómo éstas se vieron perjudicadas por la derogación, por parte del entonces entrante presidente Zapatero, del Plan Hidrológico Nacional (PHN), promovido por el Gobierno de Aznar en el año 2001. Este Plan pretendía trasvasar agua procedente del río Ebro hasta las ciudades de Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Almería y Barcelona. La derogación del PHN fue fruto, en gran medida, de la fuerte presión social generada por parte de colectivos mobilizados bajo el lema "para una nueva cultura del agua", que centraron sus esfuerzos en demostrar la insostenibilidad económica, social y ambiental de las actuaciones previstas en el Plan, reivindicando sobretodo una gestión de la demanda y no de la oferta.

El enfoque de la nueva cultura del agua ha generado un profundo debate en la sociedad española sobre cuál debe ser su uso y ha dado lugar, no sólo a la sustitución del PHN por el programa A.G.U.A (Actuaciones para la Gestión y la Utilización del Agua) por parte del actual Gobierno socialista, sino también al nacimiento de una fundación para promover una nueva concepción en el uso del agua (Fundación Nueva Cultura del Agua, con sedes en Zaragoza, Tortosa y Lisboa) y a la promoción, y posterior logro, del establecimiento de la ciudad de Zaragoza como sede de la Exposición Internacional 2008 sobre "Agua y Desarrollo Sostenible", que tendrá lugar entre 14 de junio y el 14 de septiembre de 2008.
Todo ello ha favorecido a que el agua se sitúe entre las prioridades del Gobierno, tal y como reflejó el actual Presidente del Gobierno en su discurso de investidura dónde reflejó la disposición de adoptar una «nueva política del agua que tomará en consideración tanto el valor económico como el valor social y el valor ambiental del agua».

Por su parte, existen sectores críticos con la política del Gobierno socialista, encabezados por el principal partido de la oposición, el Partido Popular, por medio de sus representantes de las regiones de Valencia y Murcia (cuyos niveles de agua embalsada se encuentran en el 27% y el 17% respectivamente) quiénes han declarado que «no tolerarán humillaciones y están dispuestos a exigir un trato igual para todas las regiones». Los dirigentes añaden, además, que mucha gente les ha pedido «que sigamos manteniendo la defensa legítima del agua que es de todos los españoles».

El agua, recurso fundamental para la vida y bien básico incluido dentro de los objetivos del milenio de Naciones Unidas, es en España un elemento de gran polémica y debate político del más alto nivel, que se ha convertido en objeto recaudatorio de votos. El debate político se centra, fundamentalmente y debido a la crisis del momento, en cómo ofertar más agua al conjunto de la sociedad.
España es un país "ligeramente seco" y, al margen de las soluciones de emergencia, es necesaria una correcta planificación y un pacto de Estado que concentre buena parte de sus esfuerzos en el consumo. Algunas de la regiones más secas de España, como la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, concentran la mayor parte de campos de golf del país, así como un gran número de promociones de viviendas integradas en un modelo urbano disperso, que favorece un abundante consumo. España no es el Reino Unido y no podemos pretender disponer de su mismo modelo.

Posibles medidas para combatir la sequía

Trasvase
El Gobierno ha apostado por el minitrasvase como solución «provisional y de urgencia» ante la crisis que se deriva de la actual sequía. Aún así, expertos como Pedro Arrojo, profesor del Departamento de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza, afirman que «los trasvases son pésimas herramientas para gestionar sequías. Sencillamente porque éstas suelen ser regionales». Por su parte, la Comisión Europea, en consonancia con la Directiva Marco del Agua, también se ha pronunciado frente a la política de los trasvases: "La interrupción o el trasvase de caudales cambia inevitablemente la situación de las masas de agua y por eso están sometidos a estrictos criterios específicos. Además, los grandes proyectos provocan a menudo conflictos sociales y políticos entre cuencas donantes y receptoras, lo que cuestiona su sostenibilidad".

Bancos del agua
La antigua ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, proponía organizar lo que en la Ley de Aguas se denomina un centro de intercambio, que negocie la adquisición de derechos de riego en el sector agrícola. Así, se favorecería la cesión de derechos sobre el agua de unas comunidades de regantes a otras por un periodo de tiempo determinado y con una contraprestación económica pactada.

Desalinización
Una de las medidas que ha tenido mayor eco en la actualidad hídrica es la ampliación de la red de plantas de desalinización, que en 2006 poseía una capacidad de tratamiento de más de 460 hm3/año -el 1,84% del agua disponible en España-, a través de las cuales se obtiene agua potable proviniente del agua del mar o de agua subterránea salinizada.
Otras medidas. Otras posibilidades para combatir la sequía son la reutilización del agua, la interconexión de redes, el sondeo y aprovechamiento de los acuíferos, etc. Aunque, quizás una de las medidas más interesantes sería abordar el problema de la sequía desde su origen, el consumo, a través del fomento del ahorro.

Fruto de la mediatización de la sequía, Barcelona, una de las ciudades europeas con menor consumo de agua, ha reducido su demanda alrededor de un 7% en los últimos meses. A pesar de ello, sería necesario que lloviera una cantidad equivalente a 100 veces la capacidad del estadio del FC Barcelona para evitar el minitrasvase recientemente aprobado. Y ello no parece probable que suceda en las próximas semanas. Ya que no podemos hacer que llueva, quizás una buena opción sería intentar actuar según hacían nuestros predecesores, en consonancia con los recursos de que disponemos. Para evitar tener que cerrar el grifo del agua será necesario abrir el grifo del consenso y la concordia. Es necesario despolitizar el tema del agua y que los líderes políticos abran una etapa de diálogo y acuerdo, ejemplarizando a través de sus actuaciones la necesidad de ahorro, para que la ciudanía no sufra sus efectos. Al fin y al cabo quién padece más la sequía es quién está al final de la tubería.
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