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Soliclima ha explicado a empresarios de la ciudad catalana de Manresa quémedidas pueden adoptar para reducir la factura energética de su empresa. Cabe decir, que algunas industrias han visto cómo la factura de la luz se ha incrementado un 50% en un año.

¿Cómo pueden contribuir las energías renovables y las mesuras de eficiencia energética a mejorar la competitividad de las empresas? La respuesta a esta pregunta la dieron ayer en las jornadas “Energías renovables, eficiencia energética y competitividad empresarial”, organizadas por Soliclima y la Cámara de Comercio de Manresa y que tuvieron lugar en el Recinto Ferial de esta ciudad. 

Las jornadas han contado con la intervención del gerente de Soliclima, Ramon Pérez, y de Josep Moncunill, de la consultora Innovació.net.

Al acto han asistido medio centenar de empresarios, los cuales han podido conocer qué mecanismos tienen a su alcance para reducir el consumo energético en sus empresas y qué energías renovables pueden aplicar. Y es que la industria es actualmente el sector que más energía consume, concretamente, un 32%.

Se prevé que el precio del petróleo crezca de forma exponencial en los próximos años, hecho que afectará muy negativamente a la economía y la competitividad de las empresas. Por eso, hay que “buscar alternativas y fijarnos en ejemplos como los de Austria, donde muchas empresas ya utilizan las energías renovables”, ha afirmado Pérez. La solución, afirma el gerente de Soliclima “es un mix entre las energías renovables y la eficiencia energética. Y es que el mejor ahorro es aquel vatio que no se consume”.

También se ha informado de los diferentes mecanismos y de las medidas que un empresario puede aplicar en su empresa para reducir el consumo energético, como por ejemplo, las calderas de bajo consumo, el suelo radiante o la bomba de calor. A esto cabe añadir la posibilidad de incluir instalaciones de energía solar térmica, fotovoltaica, biomasa o de tratamiento de aguas residuales.

Inversiones rápidamente amortizables
Durante las jornadas también se han mostrado casos prácticos de inversiones realizadas en este ámbito. Por ejemplo, una instalación solar térmica con un coste de unos 10 mil euros, se puede amortizar en unos 5 años, y consigue que la empresa ahorre hasta el 41% de consumo energético y evita la emisión de unas 9 toneladas de CO2 anuales. En cuanto a eficiencia energética, la gran referencia son las calderas de condensación que tienen un coste de 5 mil euros, se amortizan en un año y ahorran un 40% de energía.

El negocio de la fotovoltaica
Otra de las posibilidades planteadas durante la charla, y donde los inversores han puesto su punto de mira últimamente, es en la energía solar fotovoltaica. En este ámbito, un empresario puede aprovechar el espacio de la cubierta de su empresa para instalar paneles fotovoltaicos. Este tipo de proyecto, además de ayudar a fomentar las fuentes de energías limpias y renovables, supone una inversión de bajo riesgo, puesto que está subvencionada por el Estado, se amortiza en pocos años y aporta beneficios substanciosos.

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