Adquirir un frigorífico de bajo consumo cuesta unos 140 euros más que uno normal, pero compensa a la larga, tanto energética como económicamente. Para incentivar la compra de electrodomésticos de clase A (menos consumo energético), el Gobierno dará ayudas de entre 50 y 100 euros.
Ésta es una de las 22 medidas prioritarias para este año que se enmarcan dentro del Plan de Acción de Eficiencia energética 2005 - 2007 para ahorrar energía y ue fueron concretadas ayer por el ministro de Industria, José Montilla.
El plan contempla una inversión de casi 8.000 millones de euros para el trienio, de los que el 9% será dinero público. Aunque fue aprobado por el Consejo de Ministros en julio de 2005, se está empezando a ejecutar ahora. En su elaboración participan también el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE) y las Comunidades Autónomas. Ayer se reunieron en unas jornadas para debatir sobre las iniciativas específicas en cada territorio y las aportaciones de cada parte.
Montilla señaló la importancia de este plan para España, debido a la dependiecia exterior en abastecimiento energético, que es de un 80%, cuando la media es de un 50%. Como factores que acentúan este problema, citó el crecimiento de la demanda de energía y el elevado precio del petróleo.
El 33% de la aportación total pública para 2006 (281 millones de euros) estará dedicado a renovar el equipamiento doméstico. El objetivo es sustitiur dos millones de aparatos por otros más eficientes, lo que supondrá un ahorro equivalente al consumo eléctrico de más de 150.000 hogares. En España el parque de electrodomésticos de clase A es muy bajo en comparación con otros países europeos. Esta medida entrará en vigor antes de julio.
Renovación también en las empresas: el plan busca la incorporación de equipos e instalaciones de bajo consumo o con menos emisiones de CO2. Todas las manufactureras podrán acceder a las ayudas, a excepción de las transformadoras. Además, las que consuman más de 4.000 toneladas equivalentes de petróleo anuales podrán realizar aditorías energéticas con ayuda de dinero público.
Pero el Gobierno quiere que las empresas colaboren en reducir el combustible que gastan sus trabajadores para desplazarse a su empleo. A tal fin, propone que aquellas cuya plantilla supere las 200 personas, realicen planes de transportes con una inversión media de 10 euros por trabajador, lo que aportaría una reducción del 2.4% de la energía consumida.
A nivel privado, se concderán ayudas para comprar vehículos alimentados con energías alternativas, como gas natural o hidrógeno, y se impulsarán cursos para lograr una conducción que reduzca el consumo, en los que colaborarán las petroleras y la Asociación de Fabricantes de Automóviles. También promoverá el uso de la bicicleta en las ciudades, para ello se instalarán bases y los ciudadanos podrán usarlas gratis. Cada municipio contará con unas mil bicicletas. La iniciativa ya existe en Gijón, Córdoba y Vitoria.
La rehabilitación de a envolvente térmica de los edificios existentes puede suponer una reducción de un 25% del gasto en calefaccción y aire acondicionado, según los cálculos del IDAE. A cambio, hay que invertir 30 euros por metro cuadrado de superficie útil en viviendas, y de 13 en el sector terciario, con un periodo de retorno de 30 años.
Otras medidas aplicables en los edificios existentes son mejorar las instalaciones térmicas (20% de ahorro), y la iluminación (80% en viviendas y 40% en empresas). Las comunidades repartirán 200.000 bombillas de bajo consumo en los colegios.
El Plan de Acción apoyará la cogeneración en el sector terciario, que en España ha tenido poco desarrollo; para ello establece un programa de ayudas en hoteles, hospitales, aeropuertos, etc.
Fuente: Cinco Días, 1 de marzo de 2006