14/07/2006 - 11:35h

Coches movidos por el futuro

Mitsubishi Concept - CT Miev La industria automovilística, una de las de mayor dinamismo en el campo de la investigación tecnológica y la innovación, no se ha quedado atrás en el avance tecnológico: motores cada vez más limpios, de monor consumo, mayor eficiencia y sobre todo capaces de funcionar con combustibles provenientes de fuentes de energía renovables, com el biodiésel, el etanol y, en un futuro, el hidrógeno.

Si se echa la mirada atrás unos 30 años se podrá comprobar cómo el sector del motor ha dado pasos significativos. En primer lugar se ha buscado una reducción del consumo en los motores de gasolina pero sobre todo basada en el desarrollo de los motores diésel, que al principio eran ruidosos, contaminantes y poco potentes. Hoy, ya muy avanzados, incluyen la reciente tecnología híbrida, esto es, combinarlos con motores eléctricos que aprovechan frenadas y deceleraciones para generar energía, lo que reduce el consumo.

Los fabricantes que pusieron más empeño en los inicios de estas tecnologías fueron los japoneses Toyota y Honda, los indiscutibles pioneros en sacar al mercado modelos como el Toyota Prius o el Honda Civic Hybrid. Hoy, otras marcas como Lexus (también de Toyota) o el grupo PSA Peugeot Citroën siguen apostando por esta tecnología. Peugeot, por ejemplo, prevé poner en la calle en 2010 su vehículo híbrido diésel, cuyo motor de combustión es un HDi.

Sin embargo, a la vista de la fuerte dependencia del petróleo de estos productors (los híbridos menos) las grandes compañías automovilíticas se concentran ahora en el desarrollo de vehículos que puedan consumir energías renovables, tales como los biocarburantes (biodiésel, etanol...) y hasta el horizonte del hidrógeno.

Pero, paso a paso, el primero más allá del refinamiento de los motores diésel y gasolina, y en línea con la tendencia de valerse menos del petróleo, es su adaptación a los biocombustibles.

A día de hoy, los motores convencionales ya pueden funcionar con gasolina mezclada en pequeñas cantidades con etanol, un alcohol que se puede obtener de la biomasa, de azúcares o de desechos.

Los motores diésel, más conocidos, están capacitados para funcionar con determinadas mezclas de biodiésel, un biocombustible basado en el gasóleo que está mezclado con aceites vegetales.

Sin embargo, la tendencia de los principales fabricantes, al menos de cara al mercado, parece ir más en consonancia con el etanol, a la vista de los proyectos que están desarrollando General Motors, Ford Motor Company o el Grup Fiat.

Las ventajas son claras: las modificaciones en los motores son pocas y de bajo coste (son unos 1.000 euros más caros que los convencionales) y se puede utilizar prácticamente la misma infraestructura que los carburantes actuales para distribuirlo. Por tanto, previsiblemente llega antes al mercado.

Los dos primeros son los que se encuentran más cerca de dar este paso en España, con sus modelos Saab BioPower (Saab es de GM) y Ford Flexifuel. Cualquiera de los dos puede funcionar con gasolina o con cualquier mezcla de gasolina y etanol, siempre que la mezcla no tenga más de un 85 por ciento del alcohol (el llamado E85).

En este campo tiene también experiencia el Grupo Fiat gracias a sus actividades en Brasil, el país donde más tradición e implantación tienen los biocombustibles. La marca italiana presentó un modelo sobre la base de su modelo Siena al que llama Tetrafuel, que puede utilizar gasolina, etanol, la mezcla de los dos o gas natural.

El siguiente paso ya está también en marcha, y basa su lógica en la combinación de las dos tecnologías más desarrolladas e implantadas en el mercado: vehículos híbridos con motores que consuman biocombustibles. Saab cuenta ya con un prototipo que equipa ya un motor que consume etanol combinado con otro eléctrico: el Saab BioPower Hybrid Concept.

El hidógeno, el futuro...

Aunque la aplicación práctica del hidrógeno como combustible para la automoción es todavía una utopía, la mayoría de los fabricantes automovilísticos coinciden en que es la energía del futuro.

Actualmente existen prototipos, probados, que funcionan con estos combustibles. Entre los motores de combustión interna destaca el que monta el BMW H2R, que lo impulsa hasta a 300 Km/h para demostrar su potencial.

Sin embargo, casi todas las compañías apuestan por las pilas de combustible, una especie de transformadores que convierten el hidrógeno en energía eléctrica y cuya única emisión es agua.

Fuente: Fiz Cabanas, El economista especial, 10 de Julio de 2006

Más información

Completo artículo de Soliclima sobre los diferentes modelos y prototipos existentes de las grandes marcas del mercado

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