El Real Decreto 837/2002 establece que los "impresos de promoción" (concepto que según el propio Real Decreto abarca, "como mínimo"¦ los folletos, los anuncios en periódicos, las revistas, la prensa especializada y los carteles") deberán incluir los datos sobre consumo de combustible y emisiones de CO2 de forma "al menos tan visible como la información principal que se recoge en los impresos de promoción" y "fácilmente comprensible, incluso tras una lectura superficial".
Esta obligación es incumplida sistemáticamente por la totalidad de los anuncios de vehículos que incluyen la información relativa a emisiones de CO2 a un tamaño de letra minúsculo, difícilmente legible. Incluso existen anuncios que no incluyen esta información y, lo que es peor, las marcas emplean palabras como ecológico o verde en sus mensajes principales para publicitar vehículos con altos niveles de emisiones, así como frases relativas a las emisiones sin ningún tipo de criterio, con el único objetivo de crear una falsa percepción e inducir al error a los consumidores.
En este sentido, tanto Ecologistas en Acción como la UCE consideran que nos encontramos ante un claro caso de publicidad ilícita, de ahí que ambas organizaciones hayan tomado esta iniciativa conjunta. No sólo se está incumpliendo la legislación vigente, sino que esta publicidad supone una clara manipulación y banalización de los valores medioambientales.
Iniciativa de la UE
El Pleno del Parlamento Europeo emplazó a la Comisión Europea a finales de octubre de 2007 a que introduzca requisitos jurídicos para el etiquetado, la publicidad y la comercialización de nuevos turismos en el mercado único de la UE. Asimismo, sugirió que al menos el 20% del espacio destinado a la promoción de coches nuevos en publicidad, literatura comercial o superficies publicitarias en las salas de exposición de los puntos de venta "debería destinarse a ofrecer información sobre el consumo de combustible y las emisiones de CO2 en un formato autorizado" (párrafos 36, y 39).
El informe también aboga por un sistema de clasificación de los resultados medioambientales a base de "estrellas verdes", en el que se tengan en cuenta todos los resultados relacionados con el medio ambiente, incluidas las emisiones de CO2 (párrafo 41).
Si las empresas automovilísticas están realmente interesadas en reducir las emisiones de CO2, deberían invertir más en tecnología y en cambios en la flota para cumplir con el objetivo de una emisión media de 120 gr/km tal y como voluntariamente se comprometieron en 1998 y no han cumplido. Lo que resulta escandaloso es que la industria automovilística dificulte constantemente el proceso legislativo en la UE (donde se trata de imponer un límite a las emisiones), pretendiendo conseguir niveles más elevados de CO2 en el mayor tiempo posible. A la vez, publicitan coches utilizando supuestos mensajes medioambientales sin cumplir ningún criterio, con el único objetivo de aumentar sus ventas, aprovechándose de la sensibilidad del consumidor respecto al cambio climático.
Ecologistas en Acción y UCE entienden que este tipo de mensajes suponen un alto grado de cinismo por parte de los fabricantes de vehículos y generan un elevado nivel de confusión en los consumidores, pudiendo llegar asociar la conducción de un vehículo a motor con la protección del medio ambiente.