13/06/2008 - 16:00h

Greenpeace nos invita a jugar a ser el campeón de la publicidad engañosa de coches

Greenpeace nos invita a jugar contra la publicidad engañosa de los coches.Greenpeace publica hoy una página web en la que los usuarios pueden votar el anuncio televisivo de turismos más engañoso y ponerse en contacto con los presidentes de los grandes grupos automovilísticos para mandarles su propio anuncio "diseñado" gracias a esta web. Esta  web tiene como objetivo pedir a los fabricantes de automóviles que dejen de entorpecer los intentos de la UE para reducir el impacto del transporte privado sobre el clima.
 
"Sus campañas publicitarias tan agresivas nos hacen creer que están haciendo todo lo posible para reducir el impacto de los vehículos sobre el clima pero mienten a los ciudadanos preocupados por el medio ambiente" -ha declarado Sara Pizzinato, responsable de la campaña de Transporte de Greenpeace.

Hoy en día la industria automovilística presume de productos "eco" sólo porque resulta actractivo para el público, pero se queda en un simple lavado de imagen. Para los fabricantes de turismos, el cambio climático no es nada más que una oportunidad de marketing. Detrás de este cambio de fachada, en realidad, están ejerciendo toda la presión posible para minar la regulación, que la Unión Europea debería adoptar este año, dirigida a reducir las emisiones de CO2 de los nuevos turismos a 120 g/km.

Marketing verde, nada más que fachada...
Promover en plena jungla un 4x4 reservado al uso "por la ciudad" como hace Volkswagen con su modelo Tiguan o jactarse de "emisiones cero" como se atreve a afirmar Toyota en un anuncio institucional (a pesar de que la marca Lexus, con sus modelos de 4x4, pertenezca a Toyota)...; abundan los casos de anuncios mentirosos y los ejemplos de "lavado de imagen verde".

Los fabricantes de automóviles apuntan cada vez más por modelos más pesados (15% más en los últimos 10 años) y más potentes (28% más en el mismo periodo).

En la pasada Feria Internacional del Automóvil de Madrid los modelos que las diferentes marcas promovieron tenían unas emisiones de CO2 medias de 187 g/km, muy por encima del objetivo voluntario que la industria automovilística contrajo, hace diez años, para reducir las emisiones medias de los vehículos vendidos en Europa para 2008 (140 g/km).

"Lanzamos esta forma interactiva y lúdica de "ciberacción" porque seguro que los ciudadanos desean opinar y denunciar las mentiras escandalosas de la publicidad y del marketing verde de los coches. Con anuncios verdes falsos no se salvará el planeta", ha declarado Pizzinato.

Los coches y el clima

El problema: en Europa, el sector del transporte es el único que mantiene un constante aumento de sus emisiones de CO2 desde 1990 (+26%). Sólo los coches particulares ya son responsables del 12% de las emisiones de gases de efecto invernadero. En España, la situación no es mejor: el transporte genera ya casi un cuarto de las emisiones y es la segunda fuente de contaminación. Desde 1990 a 2005 estas emisiones se han incrementado un 83%.

Para cumplir con los objetivos del Protocolo de Kioto, la UE debe reducir sus emisiones un 8% entre 2008 y 2012, con respecto a los niveles de 1990. Por ahora, después de quince años, tan sólo se han conseguido disminuir un 2%. Es el momento definitivo de reducir las emisiones de CO2 de los coches.

La solución: hace falta una regulación europea ambiciosa. Para estar a la altura del desafío climático, la UE debe dotarse de una normativa sobre las emisiones de los coches nuevos que comprenda:

- La obligación de limitar las emisiones medias de CO2 a 120 gramos por km desde hoy a 2012 y a 80 gramos por km para 2020;
- Un reparto del esfuerzo entre los diferentes fabricantes basado en el criterio del área superficial proyectada sobre el suelo (es decir, la superficie entre las cuatro ruedas de un vehículo) y no en el peso;
- La puesta en marcha inmediata de un sistema disuasivo de sanciones: 150 euros por cada gramo de CO2 suplementario para cada vehículo vendido que no cumpla con la norma;
- Un límite máximo de emisiones para cada vehículo de acuerdo con el criterio del área superficial (además del límite global para la flota de cada fabricante).

"En lugar de hacer anuncios, los fabricantes de coches deberían asumir su responsabilidad frente al cambio climático" -ha concluido Pizzinato.
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