De esta manera la Unión da un plazo de cuatro años a los constructores cuyos vehículos exceden la media de 120 gramos de dióxido de carbono emitido por kilómetro, para ponerse en regla. El dióxido de carbono es el principal gas causante del efecto invernadero.
Las compañías que no cumplan la ley tendrán que pagar 20 euros por cada gramo excedente de CO2 emitido por cada kilómetro en 2012. Las multas subirán a 95 euros por gramo y km en 2016.
Medida flexible
La Comisión ha propuesto hoy que el objetivo de los 120 gramos de CO2 sea flexible en función de la masa de los vehículos, con un sistema de penalizaciones económicas para las marcas que sobrepasen el baremo.
Además, la CE propuso que los fabricantes con vehículos más contaminantes puedan mejorar la media de su gama a través de asociaciones con marcas cuyos modelos tengan menores emisiones, así como la posibilidad de una excepción para los pequeños constructores especializados.
La media de emisiones se realizaría teniendo en cuenta las matriculaciones de cada modelo en todas las marcas de cada grupo empresarial (por ejemplo, en el grupo Volkswagen se contabilizarían todas sus marcas: VW, Audi, Seat, Skoda, Lamborghini, Bugatti y Bentley).