11/01/2009 - 09:45h

La electricidad al poder

Los coches eléctricos son un invento de finales del siglo XIX resucitado en los años 90 y con un futuro de lo más halagüeño. La clave está en la optimización de las baterías que alimentan su motor eléctrico: tanto en su capacidad de almacenamiento y, por consiguiente, autonomía, como vida útil. Las de última generación son de iones de litio, como las de los ordenadores.
 

 

Hasta ahora, los coches eléctricos "comerciales" eran de pequeño tamaño, de carácter ciudadano como consecuencia de su autonomía: el Ford Think permitía recorrer unos 90 km. Uno de los ciudadanos de última generación es el Smart Fortwoo EV (Electric Vehicle), que con baterías de cloruro de níquel de sodio con una autonomía de unos 100 km y un coste por recarga inferior a 2 euros, pero ya hay en desarrollo vehículos de mayores dimensiones con baterías también recargables al enchufarse a la red doméstic. Es el caso de los Nissan EV que estarán a la venta en dos años, con cero emisiones de CO2 y que tienen un motor eléctrico de 80 k" (109CV).

Un tipo diferente de vehículos también enchufables son los híbridos plug-in en los que, además de cargarse la batería mediante el motor térmico, pueden cargarse a la red eléctrica convencional. Toyota ya tienen prototipos de esas características desarrollados a partir del actual Prius, aunque hay más marcas dispuestas a utilizar eléctricos con tecnologías diferentes. Volvo, por ejemplo, cuenta con el C30ReCharge, con cuatro motores eléctricos, uno por rueda, alimentados por baterías situadas en el maletero. Se recargan en la red, pero también puede hacerlo en las frenadas o en los descensos, o con un 1,6 Diesel que funciona de forma estacionaria, como un generador.

Una arquitectura parecida en parte es la del Chevrolet Volt, un coche que ya se ha presentado tal como será el de producción de 2010. Tiene un motor eléctrico de 111 kW (151CV) y junto a él, uno de baja cilindrada que puede funcionar con gasolina o con E85, sólo para recargar la batería sin detenerse. Mientras funciona con la electricidad almacenada de la red, las emisiones y el consumo son nulos. Esta recarga tarda 3 tres horas y permite recorrer sin que se active el motor térmico 64 km., lo que supone un coste por cada 100 km inferior a medio euro.

Uno de los últimos en llegar es el Mini E, cuyos prototipos alcanzan 150 kW (204CV), aceleran de 0 a 100 en 8,5 segundos y alcanzan 152km/h, con una autonomía de 240 CV, pero sólo " va a pilas", sin generadores embarcados.

 

Fuente: Coche Actual, núm. 18

 

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