Londres y Estocolmo son dos de las ciudades que han impuesto tasas a la entrada de vehículos en la ciudad. Según un estudio de la Unión Europea, la reducción de la entrada de coches en Estocolmo ha reducido también la contaminación del aire.
Los óxidos de nitrógeno han caído un 8,5%, y las partículas en suspensión se han reducido en un 13%. La reducción de la contaminación puede conllevar una reducción en las muertes por contaminación.
La legislación de la UE sobre la calidad del aire impone límites a los estados miembros en cuanto a la cantidad de óxidos de nitrógeno y partículas en suspensión. El plazo límite para cumplir con estas medidas es 2011. Los impuestos a la entrada de tráfico rodado en las ciudades se está revelando como una medida efectiva para reducir la contaminación.
Pocos estudios hasta la fecha han evaludo el impacto de las tasas a la circulación sobre las emisiones de GEI y sobre la salud de los ciudadanos. Esta investigación se centró en la capital sueca, Estocolmo.
Los investigadores calculan que la entrada en vigor del pago por entrar en la ciudad ha reducido el tráfico aproximadamente un 15%. El estudio demuestra que incluso pequeñas reducciones de tráfico pueden condudir a beneficios en la salud de la población, lo que en sí ya justificaría la tasa.
Fuente: Unión Europea