Según informa
Agrodigital, la causa principal de este recelo se debe a las numerosas críticas que han llegado desde diversos sectores de la sociedad británica. Así, el portavoz de los dos millones de musulmanes que hay en el Reino Unido ha manifestado que su colectivo no quiere comer huevos ni carne de pollo que haya sido alimentado con carne de otro animal, y mucho menos si se trata de carne de cerdo. Por su parte, los vegetarianos señalan que no quieren comer huevos de gallinas alimentadas con carne.
Asimismo, la organización de producción ecológica Soil Association demanda que la carne obtenida de animales alimentados con harinas cárnicas no sea considerada ecológica. También la organización para la defensa de los animales RSPCA ha mostrado su oposición a la reintroducción de estas harinas.
El uso de harinas de carne y hueso en la alimentación de cerdos y aves era habitual hasta la crisis de las vacas locas. Entonces, Bruselas prohibió su uso para evitar una propagación de la enfermedad. Si el proyecto de la UE saliera adelante, se aplicaría bajo el principio de evitar el canibalismo interespecies. De esta forma, las harinas de pollo de destinarían a los cerdos y las de cerdos a pollos.