19/01/2008 - 12:00h

El Comité de ética europeo duda sobre la comercialización de carne clonada

Clonación.Contrariamente a los Estados Unidos, la llegada de carne clonada en los platos de los consumidores europeos no parece cercana. El Comité de ética europeo sobre la ciencia y las nuevas tecnologías (EGE) indicó, el jueves 17 de enero, «no ver argumentos convincentes que justificaran la producción de comida a partir de clones y su progenitura».
 
«Habida cuenta de la amplitud actual de los sufrimientos y problemas de salud de los animales portadores y animales clonados, el Comité duda de la justificación ética de la clonación de los animales con fines alimentarios», destacaron.

El dictamen de esta instancia creada por la Comisión Europea corta con el de la Autoridad europea de seguridad de los alimentos (EFSA), que juzgaron, el viernes 11 de enero, que los alimentos procedentes de animales clonados, como la carne y la leche, no presentaban más peligro que los resultantes de animales concebidos de manera tradicional. Toma sobre todo sus distancias con los Estados Unidos, donde la agencia americana de normativa de los productos alimentarios (FDA) ha dado esta semana el visto bueno a la comercialización de productos resultantes de bovinos, cabras y cerdos clonados, juzgándolos sin riesgo para el consumo humano.

No «copiar» el modelo americano

Desconcertada, Bruselas, antes de tomar una decisión sobre la comida clonada, afirma querer esperar el dictamen final del EFSA esperado en mayo y sobre todo las conclusiones de una investigación prevista entre los ciudadanos europeos, tradicionalmente muy escépticos sobre el tema. El tema es en efecto mucho más conflictual en la Unión Europea donde los organismos los modificados genéticamente (OMG), bautizados como «comida Frankenstein» por sus detractores, son objeto de burla.

Numerosas asociaciones de consumidores y organizaciones religiosas se oponen a la clonación, método que consiste en tomar una célula en un espécimen adulto y en fusionarla con otra antes de establecerla en una madre de alquiler, considerando que los científicos carecen de retroceso en cuanto a las implicaciones de estas manipulaciones.

En Francia, en pleno debate sobre los OMG después de la suspensión del cultivo de un maíz transgénico, el ministro de Agricultura, Michel Barnier, consideró jueves que no era necesario «copiar el modelo americano«, y mencionó «problemas éticos y problemas de aceptabilidad social». Incluso el FNSEA, el principal sindicato agrícola francés, se manifiesta «muy, muy prudente» sobre la comercialización de los productos procedentes de animales clonados.

Al final, el dictamen más bien negativo del Comité de bioética y los resultados de la investigación de opinión podrían dar argumentos suficientes a la Comisión Europea para rechazar, al menos por ahora, una comercialización de los productos clonados para la alimentación, y evitar así desencadenar una nueva polémica. Pero una denegación les expondría a un recurso de los Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), viniendo a añadirse al contencioso que ya tienen con Washington con respecto a las restricciones que la UE impone a los cultivos transgénicos.
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