Según explica un artículo del
Boston Globe, al noreste de Estados Unidos unos grupos de cristianos se han propuesto reducir el consumo energético durante los cuarenta días antes de Pascua. Profesan que tienen la obligación moral de proteger la creación de Dios, contrarrestando, por ejemplo, la amenaza del cambio climático causado por el hombre, y que la Cuaresma es un momento ideal para comenzar un cambio de hábitos.
El diario expone el ejemplo de Nina Scott, una profesora retirada de la Universidad de Massachusetts, que estos días tiende la ropa en vez de secarla a máquina, como suele hacer. También gasta tan poca luz como puede y hace un uso más sostenible del coche.
La Diócesis Episcopal de Massachussets recomienda a los fieles que usen velas en lugar de electricidad un día a la semana y que consuman productos locales para ahorrar los transportes de larga distancia.
El
ecologismo religioso, surgido en los años noventa, ha ido creciendo junto con la concienciación ecológica. Bastantes comunidades religiosas interpretan el deterioro del entorno atado al calentamiento de la tierra como la destrucción del mundo creado por Dios. Los hay que ven en ello un llamamiento para ayudar a los más pobres y más vulnerables al cambio climático.