Una de las maneras de reducir la contaminación de arsénico, según el organismo, es utilizar lechos elevados unos 15 centímetros del suelo en lugar de las parcelas convencionales inundadas. Este método produce, además, mayores cosechas de arroz y disminuye los costos de producción.
En un nuevo informe, la FAO señaló que en doce países de Asia se han reportado altas concentraciones de esa sustancia tóxica en sus acuíferos subterráneos.
El arsénico entra en la cadena alimentaria sobre todo a través de la absorción del agua de riego contaminada.
Esa contaminación se origina en sedimentos de los ríos Ganges y Brahmaputra, que se filtran en el agua subterránea bombeada a la superficie por millones de pozos poco profundos.
El país más afectado es Bangladesh. Allí, dice la FAO, cerca de 30 millones de personas dependen de los pozos entubados para regar sus cultivos y para el agua potable.
Se calcula que este bombeo añade un millón de kilos de arsénico por año a los sembradíos, sobre todo de arroz, que es el alimento básico de ese país y es consumido en abundancia.