En contraste con una actividad tan agresiva como la caza, cada día son más numerosas las personas que usan el medio natural de forma pacífica y respetuosa. Diversificando las actividades ligadas al disfrute de la naturaleza y generando una creciente renta económica en el medio rural. Este es el caso del senderismo, la bicicleta de montaña, las rutas a caballo, el montañismo, el piragüismo, la observación de aves y un largo etcétera.
Sin embargo, para Ecologistas en Acción la intensificación creciente de la caza y la falta de una regulación y control acorde a los tiempos que vivimos altera, cuando no impide, que se lleven a cabo estas actividades en condiciones de seguridad y tranquilidad.
La caza condiciona el paso de las personas y aleja el contacto con las especies animales, limitando múltiples actividades que sí son ambientalmente responsables.
A pesar de todo lo anterior y de manera incomprensible, un millón de cazadores, que supone menos del 4% de la población española, ha conseguido supeditar el derecho de una gran mayoría no cazadora a la práctica de una actividad controvertida y excluyente dónde las haya.
La Constitución Española dice en su artículo 45 que todos tenemos el deber de conservar y el derecho de disfrutar del medio ambiente, sin embargo para Ecologistas en Acción eso no es factible cuando en el terreno por el que paseamos está permitido cazar.
En España, la caza provoca cada año la muerte de unos 50 millones de animales, utilizando para ello más del 95% del territorio. Envenena el medio ambiente y, en particular, a la avifauna con el vertido de unas 6.000 toneladas de perdigones de plomo. Pone puertas al campo mediante la colocación de cancelas y el levantamiento de miles de kilómetros de vallados cinegéticos. Provoca la desaparición de la fauna silvestre autóctona mediante sueltas incontroladas y, sobre todo, a través del uso todavía muy extendido de venenos, lazos, y cepos para acabar con los depredadores. Da lugar al maltrato animal, no sólo de las víctimas de la caza, sino también de los perros que se emplean en rehalas y cacerías.
Por todo ello, por el respeto a los no cazadores y por combatir los impactos de la caza, se ha impulsado desde Ecologistas en Acción el Registro de personas NO CAZADORAS, para que se inscriban en él quienes han renunciado a la actividad cinegética y quienes reclaman el reconocimiento de los derechos de los no cazadores a disfrutar del medio ambiente y de la convivencia con los animales.
Este Registro de NO CAZADORES servirá de referencia y punto de encuentro para la defensa de los derechos de los no cazadores, y los que los que se inscriban hacen suya la siguiente declaración:
- Declaro públicamente mi condición de no cazador.
- Reclamo mi derecho a disfrutar de la naturaleza sin estar sujeto a la amenaza y el ruido de los disparos de los cazadores.
- Reclamo mi derecho a deambular libremente por los espacios y vías públicas sin estar sujeto a las restricciones y obstáculos a que da lugar la actividad cinegética.
- Declaro mi compromiso de disfrutar de la naturaleza responsablemente sin dañarla ni molestar ni perjudicar a terceras personas ni a sus bienes legítimos.
Más información:
Registro de No Cazadores