14/03/2008 - 15:00h

Los suizos van a la cabeza en la compra de productos ecológicos

WWF.Los suizos son campeones mundiales en la compra de productos ecológicos, según un informe sobre el comportamiento del consumidor publicado por el WWF Suiza. En general, la población helvética actúa en sintonía con los preceptos ecológicos. No obstante, el informe resume sus resultados bajo el título "Un paso adelante, un paso atrás".
 
"La venta de productos ecológicos crece en todas las áreas, en algunos casos incluso de manera muy acusada. Pero los consumidores son cada vez más exigentes en lo que respecta a la alimentación, el hogar y las actividades recreativas, con lo cual contrarrestan los esfuerzos positivos para el medio ambiente", señalan los autores del informe.

Felix Meier, del capítulo Suiza del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), expuso que la organización ambiental, el Banco Cantonal de Zúrich y el Centro para la Responsabilidad Corporativa y la Sostenibilidad de la Universidad de Zúrich (CCRS, por sus siglas en inglés), analizaron empresas, asociaciones y consumidores.

El informe subraya el impresionante aumento en la venta de productos ecológicos. Las ventas de automóviles de propulsión híbrida, por ejemplo, se han casi sextuplicado entre 2004 y 2007, pese a que todavía no representan más del 1 por ciento del total de las compras de coches nuevos.

Incluso en el sector alimenticio, los productos bioecológicos no superan la marca del 5 por ciento del total de ventas.

"Los suizos nos podemos felicitar a nosotros mismos porque compramos más bienes sustentables. Esto es un dato positivo. Pero el porcentaje de los productos sustentables vendidos permanece a un nivel relativamente bajo", indica a swissinfo Felix Meier.

El estudio demuestra que los consumidores no son conscientes de los efectos medioambientales de sus decisiones. Los suizos comen mucha carne, un 73 por ciento, por lo menos tres veces por semana. Sin embargo, la producción de un kilo de carne genera trece veces más gases con efecto invernadero que la producción de la misma cantidad de pasta.

La edad no influye en la decisión de comprar o no productos orgánicos, explica Meier, aunque se ha notado un cambio en el comportamiento conforme avance la edad del consumidor.

"Hemos constatado que la gente mayor, digamos la generación de los 1960, suele consumir más. Por regla general, se puede decir que cuánto más dinero se gana, más grande es la carga para el medio ambiente. Las personas quieren vivir en pisos cada vez más espaciosos, lo que supone un mayor gasto energético, y prefieren pasar las vacaciones en países cada vez más lejanos."

Las decisiones de los consumidores

Pero no es fácil actuar siempre de manera ecológica. Dos tercios de las viviendas en Suiza se alquilan, y los inquilinos, con frecuencia, no tienen el control sobre la calefacción del hogar o sobre los aparatos reguladores de la casa.

Meier propone medidas que todo el mundo puede emprender sin gran esfuerzo, como por ejemplo evitar que el ordenador o la televisión permanezcan en posición de espera, o convencer a los dueños de las casas de comprar aparatos eléctricos más eficaces y ahorradores.

Si están obligados a trasladarse al puesto de trabajo en vehículo, pueden servirse de los transportes públicos. Y si éstos faltan, pueden invertir su dinero en un coche híbrido.

Mucha gente, sin embargo, se niega a comprar vehículos limpios porque ven en su coche una expresión de su personalidad. Meier refuta este argumento, es optimista y cree que los avances en el diseño pronto harán más atractivos a los automóviles "verdes".

Lo mismo ocurre con los vestidos. No solamente los dos detallistas más grandes de Suiza, Migros y Coop, promueven el algodón orgánico, también algunas cadenas internacionales de tiendas de ropa juvenil se han comprometido a venderlo.

Expertos señalan que la producción de algodón es muy nociva para el medio ambiente. La cantidad de agua que se necesita para la irrigación de los cultivos y el procesamiento y el tejido de las borras del algodón supera la cantidad usada por todos los hogares del mundo entero.

Fertilizantes, pesticidas y energía contribuyen aún más al impacto pernicioso de esos cultivos sobre el medio ambiente. Sin embargo, los consumidores todavía siguen anteponiendo el precio y la calidad a consideraciones medioambientales.

Consejos útiles

El informe está repleto de consejos útiles. A la hora de comprar alimentos, por ejemplo, la gente debería reflexionar sobre algunos puntos como el consumo hídrico y energético que requirió la producción, así como sobre los trayectos recorridos para el transporte de los bienes.

El informe expone además que los consumidores pueden elegir entre varias opciones para promocionar la responsabilidad social y el desarrollo sustentable a la hora de invertir su dinero. El rédito es comparable con el que producen inversiones "normales".

WWF reconoce el hecho de que los consumidores hoy en día no pueden desistirse de la necesidad de comprar. Reconoce asimismo que la economía sólo puede prosperar si las personas están dispuestos a comprar los bienes que produce.

Hans-Peter Fricker, el director de WWF Suiza, sostiene en la introducción, que el objetivo del informe es mostrar cómo la gente puede hacer sus compras de forma concienzuda y divertida a la vez, y concluye: "Consumo y sostenibilidad no tienen que excluirse recíprocamente."
 
Fuente: Ecoticias
 
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