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El puente pesa 7,5 toneladas y se ha construido con 281 tubos de cartulina de 1,15 centímetros cada uno de largo y 11.9 milímetros de ancho. Los escalones de paso son de papel reciclado y de plástico. La construcción ha sido diseñada para ser capaz de aguantar el peso de hasta 20 personas al mismo tiempo.


"Es un contraste muy interesante, el puente romana de piedra y el puente de papel. El papel también puede ser permanente, fuerte y duradero. Necesitamos deshacernos de estos prejuicios", ha declarado Ban.

Pero por muy ecológico que sea, el puente tiene sus limitaciones. Y es que la vida de esta estructura será bastante corta, ya que se desmontará a mediados de septiembre para evitar que se estropee por las lluvias.

El puente es obra del arquitecto japonés Shigeru Ban, bastante conocido porque acostumbra a utilizar material ecológico y ligeros; de hecho, el arquitecto nipón tiene en su haber un amplio catálogo de construcciones en papel. Nacido en 1957 en Tokyo, Ban se dio a conocer diseñando refugios de cartulina para las víctimas de terremotos en Japón, Turquía e India y para los refugiados del genocidio de Ruanda de 1994.