El ERF permitirá, según la FAO, comprender los usos del terreno que están sustituyendo a los bosques y que la población entienda mejor la contribución mundial de los mismos a la emisión y reducción de gases de efecto invernadero.
Asimismo, Jan Hrino, subdirector general del Departamento Forestal de la FAO, dijo que el ERF "se trata de herramienta importante para medir el impacto de la deforestación en el cambio climático y el papel que desempeñan los bosques a la hora de mitigar los posibles efectos de este".
Por ello para conseguir este fin todo dependerá "de la objetividad y precisión de la información suministrada por los países", señaló Mette Wilkie, supervisora del proceso de recolección de datos en la FAO.
Una de las técnicas empleadas para recopilar esta información es una medición a nivel mundial por control remoto utilizando datos de satélite de 1975, 1990, 2000 y 2005. De esta forma se espera obtener información válida estadísticamente a nivel regional y mundial de los bosques, que a nivel mundial abarcan casi 4.000 millones de ha, lo que supone un 30 por ciento de la superficie terrestre mundial y el planeta, según datos de la FAO, pierde unos 200 km2 al día.