Muchos creyeron ver la panacea al precio del petróleo mediante el fomento del uso de combustibles vegetales; pero lo que sobre el papel sonaba a inversión segura y alternativa viable, en la práctica de la macroeconomía global y globalizada los números no salen tan bien.
Sin entrar en la polémica de si utilizar biocombustibles reduce realmente las emisiones de CO2 (dado que su fabricación y transporte también lo produce), la actual demanda de cereales para su transformación en etanol está provocando alzas en los precios de este alimento básico a lo largo y ancho del globo terráqueo. En algunos lugares, el precio del trigo se ha doblado en dos años, con el consiguiente perjuicio para las familias de menores recursos económicos. A principios de año
muchos mexicanos llegaron incluso a echarse a la calle para protestar por la subida del precio de la tortilla. Jean Ziegler, comisionado de la ONU, ha llegado a afirmar hace dos días en una reunión en Bruselas que
"los biocombustibles son un crimen contra la humanidad".
Algunas organizaciones también alertan sobre las consecuencias sociales de este afán por fomentar los biocombustibles no reciclados: "Estamos en contra de un modelo que, tal y como está planteado ahora, sirve sobre todo para resolver un patrón de consumo de los países ricos que prima el transporte individual en lugar del colectivo", señala José Batista, coordinador del Movimiento Sin Tierra.
"La caña de azúcar consume parte de nuestras reservas de agua dulce y para su recogida se recurre a jornadas de trabajo durísimas. Además estamos perdiendo la soberanía de nuestro territorio porque cada vez es más común la privatización de tierras para su venta a extranjeros", añade Batista.
El director general de la FAO, Jacques Diouf, ha manifestado que la producción de biocombustibles en países en vías de desarrollo podría ser viable si esa producción se destinase únicamente al consumo interno delpaís de producción, y no al mercado internacional, pues de los contrario la especialización en biocombustibles
'podría generar conflictos sociales'.