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El famoso centro nacional de natación, aún llamado Water Cub, de los próximos Juegos Olímpicos en Pekín acaba de abrir sus puertas la semana pasada a las primeras pruebas en piscina y circunstancialmente a los turistas.
 

 

 

De una arquitectura translúcida y casi orgánica, se espera de esta obra un ejemplo ecológico profundo que podría implicar a otras ciudades chinas que deben construir edificios más respetuosos con el medio ambiente.

Las proezas tecnológicas y de ingeniería para obtener esta obra son numerosas e impresionantes. Ha requerido cuatro años de construcción y habrá costado 200 millones de dólares (136M EUR).

El centro nacional de natación es un cubo, de dimensiones iguales en la medida de lo posible: 177 m de lado para 30 m de alto. 3000 cojines de aire forman los 110.000 m2 de su fachada, estableciendo una marca mundial de utilización de membranas de ETFE (Etileno Tetrafluoroetileno) antes incluso de las sesiones de las competiciones olímpicas. Supera al estadio de Munich, el Allianz Arena, cubierto con la misma superficie, con 50.000 m2 de más.

 

Con el fin de obtener la apariencia de células en 3D, los ingenieros crearon un esqueleto hecho de 22.000 membranas interconectadas, lo que ha conducido a cerca de 57 millones de combinaciones.

La membrana es por otro lado muy gruesa y puede resistir a altas presiones. Pequeñas rupturas aquí y allí no tendrán ninguna influencia sobre el edificio, y serán reparables fácil y rápidamente. Las partes demasiado dañadas podrán sustituirse independientemente de la estructura total.

El edificio se supone que será muy eficaz a nivel energético. El recubrimiento de los paneles-burbuja tiene la propiedad de absorber la energía solar con el fin de calentar las piscinas y el aire del edificio, reduciendo así los gastos de energía un 30% según el Comité de organización de los JJOO 2008. El material utilizado permite controlar el nivel de transparencia de las burbujas: se pueden reducir la luminosidad dentro del centro, así como la temperatura.

El espacio entre las dos capas de burbujas es cerrado, previniendo así un recalentamiento. El viento que circula soluciona el problema de la evacuación del calor. Se instalaron ocho mangas de ventilación sobre el techo y las paredes.

Iluminación con LED. «Azul para el buen tiempo, amarillo para el crepúsculo, blanco para el tiempo desapacible»: es así como uno de los fabricantes del Aquacube describe su obra. La razón es que el centro de natación utiliza un sistema de alumbrado particular a base de diodos electroluminiscentes, conocidos bajo el nombre de LED.

Este sistema ofrece las siguientes ventajas:

• Un aspecto que cambia.
• Una duración de más de 50.000 horas (el triple de las bombillas convencionales) y ahorros de energía del 60%.
• Un mantenimiento fácil.
• Un escaso coste de utilización.
• El agua ecológica y económica. El Cubo se equipa de un sistema de recuperación de agua instalado sobre el techo, que permitirá reutilizar 10.500 m3 de agua al año. La superficie de este sistema es de cerca de 29.000 m2, lo que le permitirá un porcentaje de recuperación del 76%.

En caso de escasez de agua, los recipientes del sistema podrán proporcionar agua, unos 220 m3 al día. El centro se equipa, también, de un sistema de saneamiento de agua en el segundo sótano, garantizando la calidad del agua, que se desinfectará y a la cual se añadirá automáticamente las cantidades de líquidos ácidos y alcalinos necesarios para alcanzar el pH ideal.

Construido para durar. El arquitecto principal de China Construcción Design International (CCDI) Zheng Fang da 100 años de vida al edificio. Las pruebas en distintas condiciones demuestran que el recubrimiento ETFE que compone las burbujas exteriores que forman la fachada del edificio puede soportar todas estas condiciones sin dificultades.

El recubrimiento exterior del centro es de un material particular, que se creó en principio para ser utilizado en la industria aeronaútica. Resiste muy especialmente a la erosión, conserva el calor, y se limpia sin dificultades. Hay en Europa de 600 a 800 edificios que utilizan este recubrimiento, como el célebre estadio de Munich (Alemania), el Allianz Arena, y el Jardín del Eden, proyecto de jardín botánico británico.