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Se trata de producir biogás a partir de la mezcla de residuos agroalimentarios (principalmente residuos cítricos y estiércol de vacuno), mediante un proceso de fermentación sin oxígeno, también conocido como co-digestión anaerobia.
 
Los responsables del estudio optaron por este tipo de residuos porque presentan altos grados de biodegradabilidad y productividad metanogénica, un equilibrio de nutrientes y ausencia de sustancias contaminantes que pudieran inhibir el proceso.
 
Los resultados principales de las investigaciones indican que para obtener una mayor producción de biogás, la mezcla óptima de estos residuos es de un 30% de cítricos y un 70% de estiércol vacuno.

Los responsables del centro piensan ahora continuar investigando estos porcentajes y empezar a experimentar con otros residuos ganaderos como el purín de cerdo, oveja, etc., así como con deshechos de otro tipo como el matadero, lácteos, pescado, hortofrutícolas, lodos grasos de depuración, glicerina, y otro residuos orgánicos biodegradables.

En España el número de plantas que producen biogás agroindustrial es casi inexistente, mientras que en países como Alemania existen actualmente más de 3000. No obstante, se espera que el panorama empiece a cambiar, gracias a la nueva regulación de esta actividad y a las nuevas tarifas de remuneración.