El asunto debería de haber seguido siendo secreto, pero
Greenpeace encendió la mecha: en la noche del 17 al 18 de marzo se esperaría una carga de plutonio en Cherburgo (Canal de la Mancha), procedente del centro nuclear de Sellafield (noroeste de Inglaterra) y con destino a la fábrica de Areva en la Hague. La entrega sería efectuada por un antiguo transbordador, el Atlantic-Osprey, un navío modificado para el transporte de combustible nuclear irradiado (clasificado INF 2), pero que no dispone ni de armas de defensa propias, ni de doble casco, ni de una segunda motorización, según cree saber la organización ecologista.