Los residuos de las cosechas tales como el tallo de la planta podrían ser utilizados como fuente de energía como biocombustibles de segunda generación. Recientemente, científicos griegos han reconocido el potencial de utilizar este material para células de combustible. Esta tecnología tiene el potencial de proporcional electricidad y calor descentralizado y renovable, alcanzando altas eficiencias con bajas emisiones.
La tecnología de hoy en día hace posible reducir significativamente el consumo de combustible hasta un 10% de diferencia en función de si se escoge unos u otros. La Comisión Europea ha hecho una propuesta para una Directiva introduciendo un sistema de etiquetado que aspira a influenciar a los consumidores a comprar neumáticos más eficientes.
Este concepto, denominado en inglés "Cradle to Cradle", ha sido creado por el arquitecto estadounidense William McDonough y el químico alemán Michael Braungart, y aunque en principio no es nuevo, porque lo que propugna no deja de ser una arquitectura ecológica, sí que introduce algunos conceptos nuevos, sobre todo en materia de reciclaje.